domingo, 26 de septiembre de 2010

Desconozco señor, qué oscuros motivos han sido capaces de escacharrar ese peculiar cachivache que cuelga de su alma. La verdad es que nunca había sido capaz de fantasear, hasta hoy,  sobre esas hazañas que tanto me leías cuando era pequeña. Me acuerdo cuando corríamos y saltábamos en el riachuelo de al lado de la casa de Clara y de cuando nos quedábamos horas y horas curioseando por los alrededores, ansiando encontrar un erizo. Tanto tiempo buscando, con cierta desesperación por qué no decirlo, a esos animalillos para que luego ni siquiera les pudieras acariciar.  Eras un buen hombre, uno de los que se merecen llevar traje todos los días e ir a dar de comer a las palomas los domingos. Ignoro que ha podido pasarte o que saqueador se ha aprovechado de tu antigua inocencia y te ha cogido esa llave que te daba cuerda. Me gustaría volver a estar contigo y sobre todo, me encantaría darte de nuevo ese descuido que antes llevabas de la mano para al menos hacerte una foto y así poder guardarla  en el fondo de una cajita de música.



-Vous avez perdu l' esprit litteraire.

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