martes, 25 de enero de 2011

JUST A YELLOW LEMON TREE.

I WONDER HOW, I WONDER WHY

YESTERDAY YOU TOLD ME ABOUT THE BLUE BLUE SKY.

Tardes de Lunes que matan.


Después de pasarme unas ocho horas en unas mismas cuatro paredes, haciendo exactamente lo mismo que cada lunes (ru-ti-na), hipnotizando a la suerte para no salir “voluntaria”, sentándome para luego levantarme, para volver a sentarme y así de suite, he tenido una idea, o lo que viene a ser lo mismo : se me encendió una bombillita. Notable progreso, “trismestre satisfactorio”. Pero a todo cerdo le llega su San Martín, y el mio llego acompañado de una amiga. La decepción brilló entre las estrellas cuando, inocente de mí, tuve la grandiosa y maravillosa idea de encender mi iPod y de ponerlo en modo “aleatorio”… En efecto me di cuenta rápidamente de que la idea no había sido una iluminación divina, sino una canallada. Solo una pequeña alucinación provocada –subsconscientemente- por una gran canción. Fatídico error, “Resultados irregulares, puede mejorar”.

BABY ANYHOW I´LL GET ANOTHER TOY

I’M TURNING TURNING TURNING, TURNING, TURNING, AROUND AND ALL THA I CAN SEE IS JUST ANOTHER LEMON TREE.

martes, 11 de enero de 2011

Supercalifragilisticexpialidocious.

Parece ser que ultimamente la pequeña I. no hace mucho... Ni estudia, ni trabaja. Ni duerme, ni piensa (por desgracia). Pasa sus horas leyendo (y venerando) a gente semi-muerta. Vive deseando escaparse con cada cancion de Yann Tiersen (sin importar cual sea). Se rie por cosas que no tienen sentido y suelta disparates que ni ella misma comprende. (Mal)gasta su vuelta a casa en caladas vacias (que ni si quiera ella ha pagado), sentandose en la calle y esperando que alguien le mire y le explique lo que esta pasando. Parece ser que la pequeña I. ya no sabe ni que hacer, ni que decir, ni como existir. Parece ser que la pequeña I se ha cansado de no saber llorar.



Tomorrow it will rain
Yes tomorrow, they said.
How do yo know? I asked
We know.
Look at her hands, cat-eyed said.
And they turned them over and over as if they where looking for something.
She's special.Yes, she'll go very far.
Yes, yes, hmmm.
Make a wish.
A wish?
Yes, make a wish. What do you want?
Anything? I said.
Well, why not?
I cosed my eyes.
Did you wish already?
Yes, I said.
Well, that's all there is to it. It'll come true.
How do you know? I asked.
We know, we know.








When you leave you
 must remember to come back 
for the others.
 A circle, understand?
You can't erase what you know.
You can't forget who you are.

domingo, 2 de enero de 2011

Desde los bancos de Madrid no se puede ver el mar.

¿Quién impulsa las manijas de la casualidad?



Últimamente escribo mucho. Para mí, para publicarlo… La mayoría es un conjunto de palabras que carecen de sentido, letras y letras que se unen para no crear nada. No hay fondo ni tampoco belleza. Sólo vacio… Digamos que es una actividad sin ánimo de lucro. Igual es porque no comprendo nada o tal vez porque no encuentro la lógica que dirige a las personas y por extensión al mundo. No entiendo la utilidad de los pilares fundamentales sobre los cuales reposa todo, no. Hace poco, viendo una serie no muy buena, todo hay que reconocerlo, mencionaban algo de unas manijas de la casualidad. Me hizo gracia porque en estas cuatro palabras, una de ellas hace referencia al tiempo, y para ser más precisos, a un reloj, y la otra nos habla de la magnífica combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar (recién sacado de la RAE… Salvo por el ‘magnífica’, por supuesto). No había pensado en la frase, había pasado de largo. Pero ahora que la escucho, ahora que no tengo nada mejor que hacer a las tres de la mañana, pues lo he hecho. ¿El resultado? Unas 223 palabras que constituyen otro texto más. Que ni será el mejor, ni (espero) el peor, pero que es el primer texto del 2011 y bueno… De eso habrá que acordarse. ¿No?