jueves, 31 de marzo de 2011

¿Cuantos años llevas ya en este planeta tierra?

Era pequeño, moreno, divertido y se llamaba Marcos. No jugó nunca al fútbol, nunca miró la televisión. Apenas salia de su casa, y puedo contar con los dedos de una mano las veces que corrió por el parque. Era adorable.
No puedo evitar pensar en vosotros. No le llegasteis a conocer, no sé si ya os enseñe una foto.
Le pedí de todo y me trajo aún más, no me puedo quejar. Era un buen chico. Me acuerdo de un día, creo que era un sábado. Le obligué a ir al parque, cogimos los patines (los que le regaló su padre por navidades) y, armados con unas rodilleras, nos escapamos un rato. Aún me acuerdo de ese día (él también se acordaba), se cayó tres veces y una de ellas en el barro. El siempre quería estar limpio, pero ese día...Ese día le daba igual. No puedo parar de pensar en el calor que hacia, en el viento que soplaba.
Marcos no hablaba mucho, más bien nada. Pero era un buen niño, muy limpio. Es una lástima que no le conocieseis. Os tengo que enseñar una foto, mejor si es la que llevo en la cartera. Está realmente guapo, en la de la cartera.
La verdad es que hice un buen trabajo. No fue mal hijo. Hacía sus tareas, entre ellas lavar los platos, recoger el salón, limpiar el baño... Nunca se quejó, nunca... A penas hablaba, la verdad. Aun que a veces repetía algunas cosas, tenía obsesiones... Nada importante, nada que merezca ser nombrado. "No me olvides. ¿Vale?". Me lo repitió mil veces. "No me olvides. ¿Vale?". No lo entiendo, él se pensaba que la gente desaparece así sin más, que la memoria se borra de un día para otro... ¿A caso me he olvidado de él? No. ¿A caso algún día me olvidaré de él? Tampoco. ¿Enserio pensaba eso de mi? ¿Que yo le dejaría caer? Yo me acuerdo de él. Me acuerdo de el día en el parque, de el día en el que hizo la maleta. Esa mañana se paró todo. Los relojes dejaron de sonar, el viento cesó de soplar, los pájaros se quedaron quietos y la vida... La vida continuó.

jueves, 24 de marzo de 2011

Hey Jude, don't make it bad.

" Se puede crecer sin vivir, pero no vivir sin crecer. "


Poco a poco te vas formando. Si, te vas creando. La memoria te falla, las opiniones te cambian. Ya no eres ni “tú” ni “yo” ni tan siquiera “él”. Ya no. Reconstruyes. Cambias. Transformas. Cierras los ojos y empiezas a pensar, a recapacitar, a sentir. Te cuestionas por todo y por nada y lo haces "por tu bien". Te lo repites una y otra vez "yo soy yo". Te castigas por tu simplicidad, te tatuas frases, fechas y caras que no puedes olvidar. Eres sincero pero sigues contando mentiras. Piensas y bebes. Reflexionas y te drogas. Piensas y vuelves a beber (pero esta vez Coca-Cola, por supuesto). Es frustrante. Recapacitar, mirar unos años atrás y ver que ya está. Se ha acabado, todo se ha movido, se ha borrado. No sabes el porqué y desconoces las consecuencias. No sabes si volver o si desaparecer. No. No aceptas lo que eres, ni lo que sientes. Rezas para que alguien lo vea, se de cuenta, reciba tus mensajes y,al fin, te ayude. Alquien que te explique lo que puedes dibujar y lo que no debes hacer. Te agarras, fuerte. Resistes. Vuelves a caer.


Qué alegría vivir
sintiéndote vivido.

jueves, 3 de marzo de 2011

Querido amigo,

No entiendo nada, me he perdido. Hace años que sueño con Alica y hace años que cuando me despierto ella ya no esta. Dime ...¿Se ha ido? Tal vez nunca ha existido... Estará perdida, Alicia se solía perder mucho. Igual se ha escondido, ahora esta de moda esconderse. Se fue al campo, "de picnic" me dijo. Me traicionó años atrás, fugándose con la oruga y el conejo. Me privó de las espirales de colores y de sus famosas tardes de té. ¿Sabes lo peor? Que la echo de menos. Ya no me acuerdo de su cara. Ya no me acuerdo de su alma. No sé quien es ahora, o quien soy yo. No lo sé. Tampoco la puedo culpar... Entiendo perfectamente su necesidad de huir, de escapar, de volar.  Lo entiendo totalmente, tanto que hasta me duele, tanto que hasta me parece horrible. Pero horrible de verdad. ¿Qué hará ella ahora? ¿Con quién jugará? Podría elegir a cualquiera, ella solía hacerlo. Igual está contigo ahora, leyendo esto. Suspirando detrás de tu oreja, riendose del absurdo o... Yo que sé, jugando al ajedrez.
Espero que todo te vaya bien, que ya hayas solucionado tus problemas y que al fin hayas puesto el punto final a tu libro.

P.D: Aun me acuerdo de cuando te reias.

La belle époque.