domingo, 28 de marzo de 2010

Mr Hyde

Que vois-je madame? Vous rendrais-je ecarlate? La chica recogió su cambio y se fue. Caminando lentamente por la calle San Bernardo de Madrid, con una sonrisa en la cara y sin un duro en el bolsillo se topó con un garito de mala muerte. Cuando ya estaba con un pie dentro, alguien le preguntó : "¿Sabe señorita, que este es probablemente uno de los peores bares de la zona?". Ella asintió y entró. Sentada en una mesa, miró delante de ella y vió a un hombre. A un hombre que ni era muy viejo, ni muy jóven. A un hombre que contemplaba con un poco de tristeza reprimida y con otro poco de amor furtivo, su copa vacía de vino. La chica esbozó una sonrisa. La melancolía del bebedor de vino.