viernes, 31 de diciembre de 2010

Annie

"Yo creo que la vida está dividida en lo horrible y lo miserable. En esas dos categorías. Y lo horrible son los enfermos incurables, los ciegos, los lisiados... No se como pueden soportar la vida, me parece asombroso. Y los miserables somos todos los demás. Así que al pasar por la vida deberíamos dar gracias por ser miserables. Por tener la suerte de ser miserables."



"No Annie, sabes que si fumo eso o bebo me pongo inaguantablemente encantador. Demasiado... demasiado encantador... "


"No quiero vivir en una ciudad cuya única ventaja cultural es poder girar a la derecha con el semáforo en rojo. "



 
"Una relación es como un tiburón; tiene que estar continuamente avanzando o se muere.

Y me parece que lo que aquí tenemos es un tiburón muerto ... "


"¿Popular? Nixon fue popular. Los hula-hoops fueron populares. Una epidemia de tifus es popular. La cantidad no significa calidad. "




"El campo me pone nervioso. Está lleno de grillos y… es tan tranquilo… no hay a donde ir después de cenar y las polillas se comen las cortinas, y te puedes encontrar probablemente con la familia Manson. "


ANNIE HALL
W. Allen.







 

jueves, 30 de diciembre de 2010

Hoy volvimos

Quiero ponerte un piso para no dormir.




Hoy volvimos.


Empezamos la rutina del no-vivir digna de cada miércoles (o jueves, o viernes, o sabadete). Caminamos por Gran Vía, cuestión de variar un poco. Nos tomamos con ansia y con respeto (rollo sexo-respetuoso), como debe ser, un buen café. Esta tarde, nos hemos bebido unas cuantas gotitas de rock and roll, hemos surfeado por las nubes y encima nos hemos comprado una gran vela (que era tan grande que hasta rozaba al mismísimo J.Morrison). Estuvimos con gente glamurosa, entre otras muchas cosas. Y aprendimos los valores propios a las fuentes y a las farolas. Hoy Madrid estaba tan iluminada que hasta me acordé de ti. Me paré vela en mano y me senté en un banco. En un banco sucio y gastado. En un banco que sólo se ve, se siente y se palpa en Madrid. Hace tiempo ya que no te escucho. Mucho. Me gustaría contar las horas y los segundos que nos separan, admirar cada rizo de tu pelo e irme otra vez. Sería indescriptible. Y efectivamente, hoy es un gran día. Uno de esos. Uno en los que puedes revivir un momento una y otra vez. Uno en los que piensas “vamos a fingir que nos hemos muerto” tan alto que funciona. Joder, si, lo es.


 


Hoy quiero ser tu esclavo inerte, sumiso a cualquier decisión.


BB Baise.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Yo, mi, me contigo.

SUNDAY MORNING EN EL BOULEVARD DE LOS IDIOTAS A LAS 4 Y 26.

El 2011 está a la vuelta de la esquina. Es increíble cómo las horas se han convertido en segundos. Será porque me han pasado muchas cosas… O tal vez no. Para ser francos he conocido a mucha gente nueva. Gente bajita, gente alta, con el pelo moreno, pelirrojo, azul, algún que otro con el pelo rubio… Son buenas personas, la mayoría. Presumen de simpatía, de delicadeza, de saber estar. Saben que los domingos están hechos para bailar y no dudan en llevarte a ver Madrid una buena tarde de invierno. Nunca llevan abrigos, aunque este lloviendo o nevando. Saben cagarla pero bien, como dios manda, cuando hace falta y donde hace falta. No se fijan en los turistas y cantan a grito pelado en medio de cualquier plaza/calle/avenida (siempre lo hacen). No sé si cumplen la definición completa y calcada de “buena persona”, pero tengo la certeza de que ellos se acercan, rozan, y violan el concepto. No sé si ellos podrían ser un buen disco de música, pero juro y perjuro que son el maldito vinilo de los Rolling que tanto amas, adoras, veneras y toda-la-leche-bendita. No sé si saben ganar una partida de ajedrez, pero os aseguro amigos, que parten de una manera extraordinariamente envidiable la P-A-N-A.


domingo, 12 de diciembre de 2010

No viaje sin cinturón.

Este es un caso nuevo. Un asesinato otra vez, si, es cierto, pero no uno cualquiera. La escena del crimen es más triste, hay más sangre, se huele el dolor y además está oscuro. Miento, hay una vela, siempre hay velas. De fondo suena sonograma (últimamente siempre es sonograma), para más precisión “dia de terror”. Una chica murió en Madrid esta noche. La gente se acerca, cuchichea, baila, se contonea… Todo el mundo busca huellas o un camisón. Es confuso, hay humo. Mucho humo. La niña Stone era la novia de la boda. Ahora ya no estaba y no se podía empezar el primer baile. ¿Quién era el novio? La botella de Vodka lo era. Empiezan los interrogatorios. ¿La conocía? ¿tenia problemas con alguien? ¿Qué hacia en su tiempo libre? ¿Quién era? Los vecinos se quedaban en blanco y los señores policía se frustraban, los ojos se movían y las manos se quedaban quietas. Todo se daba la vuelta. Todo cambiaba a causa de la niña. ¿Sabéis por qué? Porque era la niña que nadie conocía y que era capaz de cambiarlo todo. La que creía en las personas pero estaba vacia por dentro. La perfecta geisha que les paralizaba a todos con la mirada. Era una gata. Era LA gata.
Hoy es un día de terror, un día de pelicula.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El ataque de las chicas cocodrilo.

Es sorprendente lo que da de sí una plaza mojada. Inimaginable... Os lo digo yo.

Erase una vez dos chicas cocodrilo que cada miércoles se sentaban en una pequeña plaza. A estas jovenzuelas les gustaba delirar y pensar y pensar y delirar. La verdad es que no caian muy bien al resto de cocodrilos de la ciudad. Un día tras otro, las dos pequeñas recibian miradas de odio, miradas de indiferencia y sobre todo, miradas de superioridad provenientes de los otros niños-cocodrilo y niñas-cocodrilos. Todo era muy triste y ellas lo sabían... Por esta razón iban siempre a la misma plaza, porque sabian que allí todo era mucho más bonito.
Pero un día, una triste noche de invierno, diluvió y la plaza se llenó de lágrimas, tanto que era imposible nadar por ahí. La plaza había desaparecido entre la melancolia de los ancestros-cocodrilo... Las chicas vagaron y vagaron. Ya no tenían la excusa para delirar y para pensar y para delirar y para pensar. Ya no podian fumar a gusto ni podian atacar con decencia. El mundo era un caos y ellas lo sabian.

-¿Cuando seamos unas señoras-cocodrilo, seguiremos viendonos, verdad? - preguntó la primera.
-Pues claro, viviremos juntas- sentenció la segunda.
-¿Y cómo lo sabes?
-Lo sé. Nos quedan demasiadas cosas por celebrar.
-¿Cómo cuales?
-Como el día de nuestra muerte.



Celebraremos el dia de nuestra muerte. Mientras que el frio congela nuestros dedos, mientras que las sustancias que no se venden en farmacia legal queman nuestro corazón y mientras que un poster de Bob Dylan baila al ritmo de Chuck Berry, celebraremos el dia de nuestra muerte.