domingo, 2 de enero de 2011

Desde los bancos de Madrid no se puede ver el mar.

¿Quién impulsa las manijas de la casualidad?



Últimamente escribo mucho. Para mí, para publicarlo… La mayoría es un conjunto de palabras que carecen de sentido, letras y letras que se unen para no crear nada. No hay fondo ni tampoco belleza. Sólo vacio… Digamos que es una actividad sin ánimo de lucro. Igual es porque no comprendo nada o tal vez porque no encuentro la lógica que dirige a las personas y por extensión al mundo. No entiendo la utilidad de los pilares fundamentales sobre los cuales reposa todo, no. Hace poco, viendo una serie no muy buena, todo hay que reconocerlo, mencionaban algo de unas manijas de la casualidad. Me hizo gracia porque en estas cuatro palabras, una de ellas hace referencia al tiempo, y para ser más precisos, a un reloj, y la otra nos habla de la magnífica combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar (recién sacado de la RAE… Salvo por el ‘magnífica’, por supuesto). No había pensado en la frase, había pasado de largo. Pero ahora que la escucho, ahora que no tengo nada mejor que hacer a las tres de la mañana, pues lo he hecho. ¿El resultado? Unas 223 palabras que constituyen otro texto más. Que ni será el mejor, ni (espero) el peor, pero que es el primer texto del 2011 y bueno… De eso habrá que acordarse. ¿No?

1 comentario:

  1. Me gusta el cambio del blog, y la entrada, y la foto.
    Como siempre, me encanta tu entrada!
    Felices fiestas!

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